Machu Picchu: Un Viaje a través de la Historia y el Tiempo
El Descubrimiento de Machu Picchu
El 14 de Julio de 1902, en el promontorio rocoso Vilcabamba de la Cordillera Central peruana, el agricultor cusqueño Agustín Lizárraga hizo un descubrimiento que cambiaría la historia. Encontró las ruinas de Machu Picchu, la ciudadela incaica construida cerca del año 1450. Abandonada hacia finales del siglo XVI, las ruinas pronto fueron absorbidas por la vegetación. Durante tres siglos, permanecieron inaccesibles y desconocidas para el mundo occidental, convirtiéndose en una leyenda local.
Los Primeros Indicios
Desde los relatos del soldado castellano Baltasar de Ocampo en el siglo XVI hasta una referencia a descubrimientos arqueológicos del naturalista italiano Antonio Raimondi en 1865, no hubo más que leyendas y desinterés por lo que habría en esas montañas improductivas. Raimondi, quien pisó las ruinas sin saberlo, perdió la oportunidad de reconocimiento.
Exploraciones Iniciales
En 1867, empresarios y exploradores como los alemanes Augusto Berns y Herman Gohring, el norteamericano Harry Singer y el francés Charles Wiener comenzaron a frecuentar la zona. Estaban seguros de la existencia de las ruinas, pero la vegetación ocultaba la ciudadela, y solo pudieron hacer pequeños descubrimientos en las adyacencias.
El Redescubrimiento
En 1894, los cusqueños Luis Bejar y Agustín Lizárraga, en busca de tierras aptas para la agricultura, creyeron descubrir algunas ruinas incaicas. Sin embargo, eran pequeñas y muy destruidas, por lo que no le dieron importancia. Lizárraga realizó varias expediciones a la zona, pero nunca alcanzó la cima del promontorio. Finalmente, en 1902, Lizárraga, acompañado por Gabino Sánchez, Enrique Palma y Justo Ochoa, descubrió el núcleo central de la ciudadela. Sin embargo, no tomaron dimensión de su descubrimiento y apenas lo comentaron con otros agricultores.
El Reconocimiento de Bingham
El norteamericano Hiram Bingham, en una expedición por la zona, se enteró de la historia de Lizárraga. Aunque intentó ubicarlo, nunca pudo dar con él. Sin embargo, decidió intentar encontrar las ruinas. Junto al agricultor Melchor Arteaga y el sargento Carrasco, llegaron a la ciudadela el 24 de Julio de 1911. Bingham se dio cuenta de inmediato de la trascendencia de "su" descubrimiento. Sin embargo, al día siguiente, descubrió en una piedra un grafiti que decía "A.Lizárraga 1902". De inmediato, Bingham tragó su orgullo y escribió en su diario "El descubridor de Machu Picchu fue Agustín Lizárraga".
La Revelación al Mundo
Bingham dio a conocer el hallazgo y consiguió el patrocinio de la Universidad de Yale, la National Geographic Society y el gobierno peruano para iniciar las tareas de limpieza del sitio. Si bien queda claro que ni Lizárraga ni Bingham “Encontraron” las ruinas, ya que estas nunca estuvieron “perdidas”, Lizárraga tiene el mérito de redescubrirlas y Bingham de reconocer la importancia de estas en la reconstrucción de la historia de América. Los más de 40 mil objetos hallados y llevados a museos de los EEUU, empezaron a ser devueltos al Perú en 2007.