El arte de compartir: la paella como símbolo de etiqueta y cultura

"Somos lo que comemos y cómo lo comemos". Rosario lastra

El arte de compartir: la paella como símbolo de etiqueta y cultura

2025-09-23 Paella en Perú 0

El 20 de septiembre de cada año se celebra el Día Internacional de la Paella, un plato que trasciende fronteras y une culturas. Esta reflexión aborda su origen valenciano, su expansión global, las distintas variedades, el protocolo en torno a su consumo y su adaptación en Perú. Un artículo esencial para los amantes de la buena mesa y la etiqueta social.

Un plato con historia y alma valenciana:

Cada 20 de septiembre, el mundo celebra el Día Internacional de la Paella, una fecha que rinde homenaje no solo a un platillo, sino a una cultura entera que se transmite de generación en generación a través del arroz, el fuego y el encuentro. La paella nació en la huerta valenciana, entre naranjales, gallinas de corral y arrozales tranquilos. Su origen no es aristocrático, sino profundamente campesino. Era una comida de campo, cocinada a fuego de leña, donde lo importante era compartir lo que había.

Según el Ministerio de Agricultura de España, la palabra paella proviene del latín patella, que significa sartén. En Valencia, se llama así al recipiente, no al platillo, aunque el mundo ya los ha fusionado. Su esencia original incluía conejo, pollo, caracoles, judías verdes y garrofó, todo cocinado en una paella de hierro sobre fuego de leña, con un tiempo de cocción que no solo marcaba el punto exacto del arroz, sino también el ritmo de la conversación.

Expansión internacional y adaptaciones culturales:

A medida que España se convirtió en una nación viajera, su gastronomía se expandió con ella. La paella fue conquistando paladares y adaptándose a ingredientes locales en América, Asia y Europa. En cada país adoptó algo nuevo: mariscos en las costas caribeñas, ajíes en América del Sur, o cúrcuma como sustituto del azafrán en lugares donde esta especia resulta inaccesible. Se convirtió en un símbolo español, muchas veces confundido con cualquier arroz mezclado, lo que genera debates entre los más puristas.

Uno de los principales cambios fue la introducción de la paella de mariscos, que no es valenciana en su origen, pero se ha vuelto más popular en el extranjero que la receta tradicional. También están la paella mixta (carne y mariscos), la paella negra (con tinta de calamar) y otras innovaciones que, aunque no siguen la ortodoxia valenciana, sí capturan la diversidad del mundo.

La etiqueta en torno a la paella:

La paella no se sirve. Se comparte. Esa es la premisa más importante cuando se habla de etiqueta. En las reuniones familiares o sociales donde se prepara paella, la cortesía no consiste en servirse en platos finos, sino en saber esperar el momento justo en que el arroz se ha reposado y el socarrat (la capa tostada del fondo) ha tomado forma. Quien cocina la paella no solo alimenta, también lidera el ritmo del encuentro.

En un contexto más formal, como banquetes o almuerzos de negocios, la etiqueta exige usar tenedor de mesa (nunca cucharón), evitar revolver el arroz y servirse con moderación, respetando los ingredientes dispuestos. La paella no es plato para prisas ni para hablar de negocios a bocados. Es una preparación que exige conversación, observación del entorno y participación sin interrupciones innecesarias. Servirse más de una vez está bien visto, siempre y cuando se muestre respeto por los demás comensales.

Un detalle esencial es nunca añadir limón sin preguntar. Aunque en algunas regiones españolas es costumbre, en Valencia se considera un gesto que arruina el equilibrio del sabor. Saber cuándo hacerlo y con quién es parte del arte de leer la mesa.

La paella en Perú: sabor local, identidad compartida:

Perú no ha sido indiferente al encanto de la paella. En Lima, Trujillo, Arequipa o Cusco, es frecuente encontrarla en restaurantes de alta cocina, ferias gastronómicas y celebraciones familiares. En el país del ceviche, la paella ha encontrado un lugar de respeto, pero también de reinterpretación. Se han incorporado mariscos del Pacífico, ají amarillo, y en algunos casos, incluso quinoa como base, en versiones híbridas de fuerte identidad peruana.

La etiqueta en torno a la paella peruana se mantiene respetuosa. Se sirve generalmente en porciones individuales, pero hay un gusto creciente por la experiencia tradicional: la paellera al centro de la mesa, el chef presentando el plato, y el momento sagrado del primer bocado compartido. El Perú, país de cocina rica y rituales culinarios profundos, ha abrazado la paella con el mismo respeto con que se venera una pachamanca o un arroz con pato.

Un símbolo que nos enseña a compartir: Hablar de paella es hablar de encuentro, paciencia, fuego lento, y sabor colectivo. Es un plato que no permite egoísmos: su esencia es comunitaria. A través de sus variedades y viajes por el mundo, nos recuerda que la comida no es solo nutrición, sino también cultura y conversación. La etiqueta no está solo en los cubiertos o en el mantel bien dispuesto, sino en el respeto por el proceso, la atención al otro, y la disposición a saborear juntos.

Bibliografía real consultada:

  1. Generalitat Valenciana - Gastronomía de la Comunitat Valenciana:
    https://www.gva.es/es/inicio/area_de_prensa/not_detalle_area_prensa?id=892800
  2. El País - Origen y evolución de la paella:
    https://elpais.com/gastronomia/2021-09-20/la-verdadera-historia-de-la-paella-valenciana.html
  3. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España – Paella:
    https://www.mapa.gob.es/es/alimentacion/temas/promocion-alimentaria/dia-internacional-paella/
  4. Perú 21 – La paella conquista paladares peruanos:
    https://peru21.pe/gastronomia/dia-de-la-paella-origen-historia-y-como-se-adapto-en-el-peru-recetas-nndc-noticia/
  5. La Vanguardia – Etiqueta en la mesa y errores comunes:
    https://www.lavanguardia.com/comer/tendencias/20200220/473510428019/errores-comunes-paella-etiqueta.html